Crowdfunding,  Inversiones

Crowdfunding, Crowdlending y Crowdequity

Crowdfunding, Crowdlending y Crowdequity son vehículos de financiación colaborativa relativamente nuevos en América Latina que nos permiten participar en la financiación de empresas nuevas o en expansión. De los tres, el término más conocido es el crowdfunding al punto que todas las alternativas de este tipo se han visto agrupadas bajo el mismo nombre. Sin embargo, cada una de ellas tiene diferencias con respecto a las otras.

CROWDFUNDING.

En el crowdfunding, también conocido como micromecenazgo, las personas realizan pequeños aportes para financiar un proyecto. A cambio de esta financiación los colaboradores pueden no recibir un retorno económico sino otro tipo de beneficios como muestras del producto o servicio desarrollado con los aportes o el derecho a asistir al evento financiado como es el caso, por ejemplo, de la financiación de actividades lúdicas, educativas, religiosas o culturales.

CROWDLENDING.

En términos generales se trata de un préstamo. Es una vía de financiación que sigue el modelo bancario. La empresa busca financiación para crear nuevos productos, servicios o expandir su operación. Los inversionistas hacen sus aportes y reciben una rentabilidad fija durante el tiempo que dure la campaña. Es un modelo equilibrado en el cual los inversionistas reciben una rentabilidad superior a la recibida en otros productos como los CDTs y los empresarios reciben la financiación a un coste inferior al que tendrían si les fuera otorgada por un banco. Es una alternativa de inversión relativamente segura pues en la mayoría de las plataformas se cuenta con el respaldo de una institución como el FNG que asegura un porcentaje de los aportes.

CROWDEQUITY.

Bajo esta modalidad, los inversionistas reciben acciones del capital social de la empresa. En ese orden de ideas, el inversionista se vuelve socio del proyecto financiado con los riesgos y beneficios que eso implica. Los beneficios para el inversionista se dan cuando el valor de sus acciones aumenta y cuando, de haberlos, recibe los dividendos anuales. Es quizás de los tres el vehículo más riesgoso y por ello se busca invertir en empresas con alto potencial de crecimiento como las Fintech.

Estas tres alternativas de inversión se realizan casi siempre de forma online y siguen una serie de pasos:

  1. El emprendedor o empresario inscribe su proyecto en la plataforma que más se adecúe a su tipo de negocio.
  2. Un equipo de la plataforma revisa la información del proyecto, el monto solicitado, el tipo de retorno, el tiempo de duración y da vía libre, solicita cambios o rechaza la solicitud.
  3. Si el proyecto es aceptado, se publica en la plataforma durante un tiempo previamente establecido y se convoca a los inversionistas.
  4. Una vez conseguidos los recursos o agotado el tiempo de búsqueda de los mismos se cierra la campaña y comienza a correr el tiempo pactado entre las partes.

Normalmente, estas campañas se lanzan al público bajo dos modalidades: el Todo o nada en el cual si no se alcanza la meta de recaudo la campaña se cancela y los aportes son devueltos a los inversionistas o el Todo cuenta en el cual la campaña se realiza con el capital aportado por los inversionistas a pesar de no haber alcanzado la meta de recaudo establecida.