Libertarismo
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Libertarismo

Con este post estreno una nueva sección en el blog: Libertarismo. Se trata de una filosofía política y normativa (legal) que busca una sociedad que garantice la libertad del individuo, ​los derechos de propiedad privada y la asignación de los recursos a través de la economía de mercado con poca, o nula, injerencia del Estado y sus innecesarios, corruptos e ineficientes aparatos burocráticos.

Soy miembro de una comunidad muy interesante en la darknet. A esta comunidad solo se puede ingresar con una invitación enviada por sus administradores. No es una comunidad de pubertos imbéciles como las que se forman en Twitter o en las otras cloacas sociales. Esta es una comunidad de personas serias, formadas y estructuradas en temas como la economía, la política, los mercados, el individualismo, la privacidad, la criptografía, el anonimato y un largo etcétera.


Permítame darle mi definición de justicia social: yo me quedo con lo que gano y usted se queda con lo que gana. ¿Está en desacuerdo? Bien, entonces dígame, ¿cuánto de lo que yo gano le pertenece y por qué? —Walter Williams.


Un poco de historia. 

El libertarismo no es nada nuevo. Sus orígenes se remontan al individualismo político del siglo XVII iniciado por los Levellers (niveladores) y posteriormente teorizado por John Locke. Según este último, la misión principal del Estado se debía limitar a proteger tres derechos: la vida, la libertad y la propiedad privada. Esta última, la propiedad privada, como fruto natural del trabajo.

LibertarismoEn el siglo XVIII, Adam Smith desempeñó un papel determinante en las teorías económicas del laissez-faire, siendo considerado el principal teórico del libre mercado. Adam Smith definía este término como la no intervención del Estado en la vida económica de los individuos. Para Smith, el Estado era un mal administrador porque no usaba recursos propios. La idea principal de estas teorías era la no injerencia de los estados en asuntos económicos.  Smith decía que una mano invisible guiaba a la economía de mercado y que la suma de los egoísmos responsables repercutiría en beneficio de toda la sociedad. Para él, las regulaciones estatales, resultaban indeseables.

En el siglo XIX, las ideas fueron desarrolladas por autores como Herbert Spencer y Lynsander Spooner. Spencer pensaba que el Estado no era una institución «esencial» y que se «descompondría» conforme la organización voluntaria del mercado reemplazara los aspectos coercitivos del Estado. También argumentó que los individuos tenían el «derecho a ignorar el Estado».

En lo económico, el libertarismo moderno se nutre de los postulados de la Escuela Austriaca fundada por Carl Menger, la cual tiene como base el individualismo metodológico que afirma que: «todos los fenómenos sociales son explicables por las acciones de los individuos». Todos estos pensadores, y muchos otros como Jean-Baptiste Say y Frédéric Bastiat, dieron forma a lo que hoy conocemos como Movimiento Libertario.

Dando un salto en el tiempo, nos ubicamos en los primeros lustros del siglo XX. Ludwig von Mises (1881 – 1973) y su discípulo, Friedrich Von Hayek (1899 – 1992), abanderan la continuación y complemento de los postulados de Menger y de los economistas británicos de la ilustración. Sin embargo, el binomio habría de separarse y la escuela se dividiría en dos vertientes. La primera, fiel a Mises, consideraba que la metodología neoclásica es irremediablemente defectuosa; el otro bando, de la línea Hayek, acepta en parte la metodología neoclásica y es relativamente indulgente con la intervención del Estado en la economía.

En 1974, Hayek gana el Premio Nobel de Economía. Esto le dio mayor notoriedad a la escuela e influyó en el renacimiento del laissez-faire. Junto a Hayek, y después de él, otros autores como Murray Rothbard (alumno de Mises) llegaron a fortalecer la doctrina con diversas miradas y no pocas revisiones.


Principios. 

Como filosofía y corriente de pensamiento político y económico,  el libertarismo se basa en los siguientes principios:

  • Principio de no agresión.
  • Principio de autopropiedad.
  • Limitación del Estado.
  • Principio de autonomía.
  • Principio de igualdad ante la ley.
  • Extinción de impuestos.
  • Libremercado y cooperación internacional.

El poder centralizado no se vuelve inofensivo por las buenas intenciones de quienes lo crearon […] en política las buenas intenciones se tuercen. Y las buenas intenciones se tuercen porque se gasta el dinero de otros.

Cuando el gobierno, teniendo buenas intenciones, trata de reorganizar la economía, legislar la moralidad, o ayudar a intereses especiales, el precio es la ineficiencia, la falta de motivación y la pérdida de libertad. El gobierno debe ser un árbitro, no un jugador activo —Milton Friedman.


Corrientes del pensamiento libertario. 

El libertarismo no es una secta y por tanto, más allá de sus principios básicos, no existen inamovibles. Esto ha permitido que dentro del mismo movimiento se creen diferentes corrientes de pensamiento. Algunas de las principales son:

  • Ordoliberalismo: es una corriente alemana nacida entre 1930 y 1940. Para ellos, el estado debe crear un adecuado ambiente legal para la economía y mantener un nivel saludable de competitividad a través de medidas que se adhieran a los principios del libre mercado. Si el estado no toma una posición activa para incentivar la competencia, emergerán monopolios, que destruirán no solo las ventajas del libre mercado, sino que posiblemente también afectarán la gobernabilidad, debido a que el poder económico se volverá contra el poder político.
  • Minarquismo: defiende un modelo en el que el Estado ocupe un papel mínimo en la sociedad. Un Estado cuyas únicas funciones sean las de proporcionar a sus ciudadanos la defensa y los tribunales, protegiéndolos de cualquier posible violación de las libertades por parte de un tercero.
  • Anarcocapitalismo: plantea que para que exista libertad en una sociedad, es necesario que esta anide sobre un sistema de libre mercado. Gracias a una sociedad de libre mercado es posible llevar a cabo intercambios de manera pacífica, sin la intervención del Estado. El anarcocapitalismo considera al Estado como un agente agresivo, que expropia y establece impuestos, sin olvidar que también tiene el poder de crear monopolios y de regular los mercados.
  • Paleolibertarismo: se desarrolló en oposición al libertarismo de izquierda predominante en los años 80. Combina valores culturales conservadores con una oposición libertaria a la intervención del gobierno.​ Dicen que quienes deben mantener la moral no es el Estado y sus burócratas sino las instituciones como la familia, la empresa, la iglesia y la academia. Los paleo se oponen a los progresistas y a los neoconservadores; por lo tanto, rechazan la corrección política, el multiculturalismo, la inmigración ilegal, el intervencionismo militar, el globalismo, el feminismo y la ideología de género.
  • Voluntarismo: propone que cada persona debe sufragar aquellos servicios de los que quiere disfrutar, sin hacer responsable al resto de la sociedad. Reconoce a la libertad humana y, por eso, acepta la posibilidad de decidir con voluntad propia por encima de la razón y la emoción.

Pues, como organización criminal, con todos sus ingresos y activos derivados del crimen de los impuestos, el Estado no puede poseer ninguna propiedad justa.

Las relaciones con el Estado deben guiarse por consideraciones de simple prudencia y pragmatismo, que implican que los individuos deben tratar con el Estado como un enemigo que es, por el momento, más poderoso. —Murray Rothbard.


Posición personal.

LibertarismoCreo que, siendo latinoamericano, no es posible adoptar los postulados libertarios sin antes adaptarlos a nuestras condiciones particulares. No es lo mismo ser libertario en Dinamarca que serlo en Colombia, Argentina u Honduras. Nuestras condiciones sociales, económicas, culturales e idiosincráticas obligan al revisionismo. Revisión que, por extensa, es difícil de incluir en un primer post.

En cuanto a las corrientes, tengo mucho de voluntarismo y de minarquismo y poco de paleo. Creo que tengo derecho a la vida, a vivirla en un ambiente sano, a la propiedad, a la seguridad, a la justicia y al uso de una infraestructura adecuada. No tengo derecho a que otros paguen mis aspiraciones personales. Si tomo la decisión de crear una familia debo hacerme responsable de ella. No puedo delegar mis responsabilidades en el Estado y sus asquerosos burócratas.

Creo también que las relaciones sociales no necesitan intermediarios. Tal vez necesiten árbitros pero nunca intermediarios parásitos. Si yo necesito un servicio y usted presta un servicio, en esa ecuación no falta nadie. Con los paleo estoy de acuerdo en el rechazo absoluto a los progresistas y su agenda colectivista. Para que al progresista le vaya bien, a usted, por obligación, debe irle muy mal.


Nada es más fácil que tener buenas intenciones. Pero cuando no se entiende cómo funciona una economía, las buenas intenciones pueden llevar a consecuencias desastrosas. —Thomas Sowell.


No me quiero extender más. El propósito del post solo era presentar la nueva sección. Poco a poco iré subiendo temas de interés general abordados desde la óptica libertaria. Por ahora es mi voluntad que quede así.