Se acaba este año y aunque aún quedan unos cuantos días, ya es posible evaluar los resultados del 2023. Para el tiempo que queda la variación que ha de venir será muy pequeña. Tal vez insignificante. Toda persona que se dedique a administrar su patrimonio, y quiera mejorar, debe hacer este ejercicio. Yo suelo hacerlo, a veces trimestral, a veces semestral. Todo depende de qué tanto se muevan las cosas.
INGRESOS.
Comenzaré, obviamente, por los ingresos. Con respecto al año inmediatamente anterior, mis ingresos subieron un 18%. No es que me hiciera más eficiente. De hecho lo fui menos. Bueno, son las circunstancias actuales en realidad las que no permiten maximizar los beneficios.
La subida se explica porque comencé a percibir ingresos por una propiedad que no tenía en el 2022. También se debe a la reinversión en acciones que se hizo el año pasado. Si bien la mayoría de dividendos bajaron en yield, el valor nominal aumentó al tener más títulos en el portafolio.
Los ingresos del 2023 estuvieron distribuidos de la siguiente forma. 48% obedecen a rentas inmobiliarias. 34% del ingreso fue por dividendos y enajenación de acciones. 10% se recibió por CDTs; 4,5% por intereses de algunos préstamos que he hecho y, para finalizar, un 3,5% fue recibido por concepto de utilidades pagadas por hoteles de los cuales tengo algunos derechos fiduciarios.
En cuanto a las rentabilidades no fueron nada festivas. Las mejores rentabilidades fueron las de la renta fija (13%), la renta variable (12%) y los derechos fiduciarios (9%). Las rentas inmobiliarias, por su parte, solo llegaron a un 6%. Esto no me sorprende ni me preocupa. Tengo las rentas inmobiliarias por su seguridad (bajo riesgo) y por su valorización. Si bien el ingreso recibido por los inmuebles apenas llega al 6% de la inversión, si le sumamos la valorización llegaría a un 9 – 10%. Es una rentabilidad baja pero en el largo plazo el efecto compuesto hará lo suyo.
EGRESOS.
He omitido los valores nominales porque no tienen importancia. Esos los debe conocer el contador y nadie más. Para efectos prácticos, lo importante es que los resultados del 2023 demuestran que mis ingresos fueron superiores a mis egresos. Me preocuparía si la gráfica estuviera nivelada pero esa inclinación me gusta. Además, sé que en el mediano plazo la pendiente será más pronunciada.
Esto para mí es muy importante porque mantiene vigente y efectiva la estrategia de gestión patrimonial. Mientras esa pendiente se mantenga habrá posibilidades de crecer y mejorar.
DESTINACIÓN DEL INGRESO.
Este es otro dato muy importante para mí. Y debería serlo para cualquier persona independiente. ¿Qué hice con el ingreso percibido? Los datos del 2023 me mostraron algo que me gusta.
El 62% del ingreso recibido se utilizó para cubrir los gastos de mi vida. El 38% restante, por su parte, se destinó a la reinversión. ¡38%! Este es un número muy bueno y, al menos en teoría, permite inferir que los resultados del 2024 serán mejores que los actuales.
Digo en teoría porque los independientes no tenemos nada asegurado. Todo se puede ir al traste de un momento a otro. Más si vivimos en la inestabilidad política y social de América Letrina. Nos movemos por probabilidades y las mías, al menos en teoría, permiten pensar que en el 2024 habrá una pequeña mejoría.
Al revisar los resultados del 2023, noté que prácticamente reinvertí todos los ingresos provenientes de activos financieros. Es cierto que la bolsa colombiana va como la mierda, que los dividendos cayeron con respecto al 2022 y que muy seguramente esos dividendos sean aún más bajos en el 2024. Al menos así será en la mayoría de especies de mi portafolio.
Pese a todo, las reinversiones que hice este año me han permitido bajar el precio promedio de compra y, al tener un mayor número de acciones, tal vez el nominal de los dividendos por venir no se vea tan golpeado. Eso se sabrá cuando las compañías hagan sus anuncios en el primer trimestre del 2024. El yield seguramente caerá pero la estrategia se mantiene. Tampoco es que tenga muchas opciones.
PEQUEÑOS CAMBIOS.
Durante el año hice algunos movimientos que redundaron en cambios beneficiosos. Pequeños beneficios en realidad pero beneficios al final.
Uno de ellos tiene que ver con la distribución de los activos financieros. Normalmente mi posición en renta variable era muy superior a la posición en renta fija. En este momento, esa brecha se encuentra casi cerrada. Hoy, mi posición en renta variable representa el 52% de mis activos financieros mientras que la renta fija representa el 46%.
También incluí en el portafolio un 2% en Fondos de Inversión Colectiva y un 0,5% en criptoactivos representados en BTC (Bitcoin), Ether (Ethereum) y DOT (Polkadot). Esta posición marginal en criptodivisas tal vez, en el corto plazo, la lleve al 1 – 1,5% del portafolio de activos financieros. Lo tomaré como diversificación aunque, al menos Ether y DOT, tienen un propósito especulativo.
El portafolio de renta variable (acciones Colombia) también tuvo cambios que creo han sido positivos.
Terpel sigue siendo mi mayor posición pero cayó del 42% hasta el 39%. PF Cemargos baja de la segunda a la tercera posición con un 10%. La segunda posición ahora la ocupa GEB con un 17%. Esa empresa me gusta mucho y quisiera seguir ampliando la posición en ella. PF Corficol también sube y ahora pesa un 8% del total invertido en acciones. Las demás participaciones se mantienen iguales pero incluí un 3% en fondos.
Solo vendí dos títulos en el 2023. PEI, con un modesto 14% de beneficio y Ecopetrol con un estupendo 27% de utilidad. Ninguno de los dos me gusta en realidad. PEI porque no son acciones sino títulos de participación y Ecopetrol porque no quiero ser socio minoritario de un negocio manejado por el badulaque Gustavo Petro.
Este portafolio que llegó a estar en -25% hoy se encuentra en -13,19% gracias a la reinversión de dividendos, a las pocas valorizaciones que hemos tenido y a la recompra de acciones por parte de algunas compañías. De seguir la estrategia, es cuestión de tiempo para llegar a paridad y comenzar a obtener beneficios reales. En las inversiones el tiempo es la variable que más pesa.
PERSPECTIVAS PARA EL 2024.
No va a ser un año fácil para la economía en general. Empero, creo que mis finanzas personales se van a mantener saludables y estables. El futuro no lo conoce nadie pero quienes llevamos las cuentas en orden tenemos una pequeña ventaja.
El próximo año entrarán a operar unas propiedades que se encuentran en construcción. Eso debería subir el ingreso por concepto de rentas inmobiliarias en aproximadamente un 20%. Tal vez así compense la segura caída en el yield de las acciones. La renta fija también tendrá que mejorar pues ya se han reinvertido varias posiciones con sus beneficios (capitalización compuesta). Me preocupa un poco la liquidez ya que no me gusta mantenerla por debajo del 5% del patrimonio y actualmente la tengo en 4%. No obstante, subirla al 6% no debería ser muy complicado si las tasas mejoran y el crédito se abarata.
En fin, esos fueron mis resultados del 2023. No fueron los mejores pero no me quejo. Teniendo en cuenta el cáncer que cayó sobre la pobre Colombia tengo que estar tranquilo e incluso agradecido. Hasta la próxima.