Los 4 Jinetes

Los 4 jinetes

Cuando se trata de intervenir en la vida de las personas, con el único fin de controlarlas e impedir que alcancen su independencia, siempre se hará uso de un lenguaje que apele a las emociones básicas de la masa borreguil. El discurso es fácilmente identificable pues, casi siempre, estará presente al menos uno de los 4 jinetes.


Los 4 Jinetes de la Estupidez son: blanqueo de dinero, las drogas, el terrorismo y la pornografía infantil. Ninguno de los anteriores problemas se resuelve invadiendo su privacidad. Empero, ellos asegurarán lo contrario y legislarán en consecuencia. Esos 4 delitos seguirán existiendo, creciendo y siendo cada día más rentables. Los organismos encargados de combatirlos lo saben, pero también saben que, si se acabaran esas prácticas delictivas, también se acabarían sus puestos de trabajo y la enorme captura de rentas que estos suponen.

Las tres letras, la ce, la i y la a, no tendrían razón de ser sin el raquítico fantasma del comunismo y la pueril amenaza del terrorismo; las otras tres letras, la de, la e y la a, existen y gastan billones de los contribuyentes combatiendo el producto que fabrican unos campesinos michoacanos. Quien haya pasado alguna vez por Skid Row, Tenderloin o Kensington sabe que esa pelea la van ganando, por amplia ventaja, los campesinos.

Y de todos los intervinientes en este circo, el más perjudicado es usted. Y yo. No solo porque los buenos no pueden derrotar a los 4 jinetes de la bobería, también porque, mientras fingen combatirlos, nos quitan la poca privacidad e independencia que nos queda.


Los 4 JinetesRegulaciones.

Ah, regular, ¡cómo les gusta el verbo regular! Los burócratas son felices regulando. Es decir entrometiéndose, entorpeciendo, parasitando. Es su razón de ser y de existir. Rara vez sus intervenciones causan el efecto deseado. Por el contrario, cada vez que un parásito regula algo, se crea un mercado negro. Mercado negro que, a su vez, obliga a destinar más recursos a los parásitos que lo crearon con sus insulsas regulaciones. Esto no es un efecto indeseado, de ninguna manera, es, de hecho, el propósito fundacional de cada organismo regulador.

Ni uno solo de los 4 jinetes de la pendejada se va a derrotar en Internet. Existieron mucho antes de que las máquinas se interconectaran y seguirán allí bajo el totalitarismo bien-pensante que nos espera. En esa guerra absurda el único perdedor será el ciudadano honesto que verá para siempre perdida su privacidad. Para llegar a esta conclusión no hay que ser muy brillante.

El dinero de la mafia no se blanquea en Internet, ni con Bitcoin, ni con los palurdos NFTs de simios. Una ínfima parte de esos inmensos capitales sucios se higienizarán con actividades online. Lo cierto, es que siempre se han lavado en enormes y respetadísimos bancos que cotizan en bolsa y aportan, cumplidamente cada 4 ó 5 años, a las campañas de los parásitos.

El segundo de los 4 jinetes de la tontería son las drogas. ¡Las malvadas drogas! Esas perversas sustancias que están en la tierra desde mucho antes de que el simio se bajara del árbol y se erigiera en dos patas a bailar reguetón. ¡Y las van a combatir leyendo sus chats! Qué bueno, espero que leyendo nuestras conversaciones logren bajar la tasa de muertes por sobredosis

El tercero de los 4 jinetes de la manipulación es el terrorismo. ¿Cuántos ataques terroristas se cometen en los países que no espían masivamente a sus ciudadanos? Pongamos como ejemplo a Suiza, un país donde se supone que existe y se respeta, en alguna medida, el derecho a la privacidad. ¿Viven los suizos bajo un asedio terrorista? ¿Los costarricences? Si espiar a los ciudadanos previene que se cometan atentados terroristas, eso quiere decir que no espiarlos los alienta. ¿Repito las preguntas o ya entendió el punto?

Y el último de los 4 jinetes de la majadería es la pornografía infantil. No porque no exista o porque no deba ser combatida. Desde luego que existe y sus promotores deberían ser freídos en la silla eléctrica. Es el último jinete porque esta depravación excecrable no se combate hurgando en la vida privada de todos los ciudadanos. De hecho, lo que creen combatir cuando cierran un sitio CP de la red oscura, es tan solo una fachada donde se estafa a degenerados idiotas.

La cosa funciona así: un avivato monta un sitio fachada con unas cuantas imágenes de pornografía infantil. Los degenerados llegan, pican el anzuelo con las imágenes de muestra como carnada, pagan una suscripción con una moneda anónima como Monero y su dinero desaparece. Dentro de la página no hay nada y nadie que haya pagado por eso va a interponer la denuncia. Otras veces, son las mismas autoridades las que montan los sitios para cazar a los incautos (estúpidos, más bien) suscriptores.

Lo cierto es que, al igual que ocurre con el dinero sucio, las drogas y el terrorismo, la pornografía infantil, aunque inadvertida, se mueve a plena luz del día y a la vista de todos. Se comparte a través de nubes, en archivos comprimidos y con contraseña. Se almacena en los mismísimos servidores de las empresas de vigilancia masiva: Microsoft Onedrive, Apple iCloud y Google Drive, entre muchos otros. Además, llama poderosamente la atención que los gobiernos que más dicen luchar contra esta perversión, son a su vez los mayores fomentadores del wokismo. ¿Al fin qué?


Los 4 JinetesLo que hay detrás.

Entonces, si el propósito del espionaje masivo no es luchar contra los 4 jinetes de la estulticia, ¿cuál es? Muy simple: el control total de las masas para beneficio de los parásitos (o sea los burócratas) y sus socios de las grandes corporaciones quienes, con su gran poder económico, los ubican en los puestos de decisión.

No es una conspiración ni se trata de organizaciones secretas que se reúnen en las sombras. Son los partidos de siempre disputándose lo mismo de siempre: la permanencia en el cargo para robar una parte de lo que usted consigue con su esfuerzo.

Lo que antes se hacía infiltrando chivatos en las comunidades, ahora se hace espiando las cuentas en línea de los ciudadanos. Si usted cree que Facebook, Twitter e Instagram se tratan de que usted se divierta entonces usted es un imbécil y quizás merezca ser espiado, gobernado y robado.

Usted tiene la capacidad de escapar, al menos en parte, de la vigilancia masiva. Basta con que cierre sus actuales cuentas y migre su información a servicios que respeten su privacidad. ¿Podrá hacerlo? En la sección de privacidad encontrará algunos consejos.

Categorías: Libertas, Minimalismo
Inversor

Escrito por:Inversor Otros posts del autor

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