Me causa mucha gracia leer las tesis de los puristas de Bitcoin. En ellos se mezcla la inocencia infantil de quien cree en milagros con la hilarante torpeza ideológica de quien cree estar salvando al mundo de los maléficos planes de unos malvados opresores.
Sin embargo, y lamento ser yo quien lo diga, BTC no será ni medio de pago, ni reserva de valor, ni el mecanismo de inclusión financiera ni prácticamente nada de lo dicho en su White Paper.
Ante el infantilismo y la tontería ideológica tarde o temprano se impone la realidad. Sin embargo, cuando del binomio infantilismo – ideología se trata, ninguna evidencia será suficiente para convencerlos. Cuando el auto de su torpeza choque contra la inevitable realidad ellos harán toda laya de maromas para encontrar culpables. Y los encontrarán, pero no serán ellos.
BTC no será medio de pago.
El actual BTC no será un medio de pago si no resuelve el problema de la velocidad y las tarifas, ergo si no resuelve el problema del tamaño del bloque. Por lo menos no lo será para las operaciones del diario vivir. Los puristas de BTC, también llamados maxis, argumentan que eso se resolvió con la red Lightning Network pero esto es solo parcialmente cierto.
Si bien es cierto que la red Lightning es rápida y muy económica, también es cierto que tiene un gran defecto: los sats que por allí circulan se encuentran por fuera de la cadena. Cuando alguien quiera llevarlos a la capa 1, la cadena principal, tendrá que pagar la absurda comisión y esperar la eternidad que eso tome. Veamos un ejemplo:
Eventualmente compro sats en canales P2P como el bot de Telegram que mostré en este post. Esos sats llegan a una wallet LN. Cuando acumulo cierta cantidad de satoshis los envío a un almacenamiento frío. Esto lo hago cuando alcanzo un mínimo de USD 1.000, aunque a veces espero un poco más.
Esta mañana hice esa operación, por enésima vez, y el resultado fue lo que vemos en la imagen. El envío tardó una eternidad y la comisión fueron 21.000 sats. Al valor de hoy son casi $70.000 COP. Lento y caro.
Esto es algo que ningún comerciante minorista querrá. ¿Usted lo haría? Yo definitivamente no. Como las tarifas son dinámicas, dependiendo de la saturación de la red, es muy difícil trasladar ese futuro costo al cliente quien, además, no querrá pagar más por el mismo producto que puede adquirir más barato con dinero fiduciario. Entendamos algo: tarde o temprano alguien tendrá que incurrir en el gasto de enviar esos satoshis a la cadena principal. Si no es usted otro lo hará y lo pagará.
Pero digamos por un momento que las tarifas de la L1 bajan y se hacen razonables frente al monto negociado. Eso haría viable que podamos pagar con nuestros sats el equivalente a USD 20 de una pizza o USD 100 de una camisa. ¿Y el tiempo? Las transacciones por segundo (TPS) de BTC son patéticas frente a otros medios de pago. En la siguiente imagen podemos ver una comparación más o menos actualizada:
Una red capaz de procesar (aprox) 7 transacciones por segundo NO ES una red de pagos. Volvamos al ejemplo de la camisa, ¿qué hacemos? ¿Pagamos la camisa en el almacén y volvemos a recogerla a las dos horas cuando se haya concretado la transferencia? No tiene sentido ni para el cliente ni para el vendedor. Es claro que Bitcoin es una red, que por esa red podemos enviar valor (lento y caro pero podemos) y que hasta ahora ha sido segura pero lo que no podemos desconocer es que no es una red eficiente y esa ineficiencia la hace prácticamente inaplicable en el comercio minorista.
BTC no será adoptado masivamente.
Esto está anclado a lo anterior. El comerciante paga a sus proveedores con el producto de sus ventas. Si el comerciante recibió BTC a cambio de la camisa de USD 100, y BTC cae 20%, los USD 100 que recibió por la camisa se convirtieron en USD 80 y quizás no pueda reemplazar el producto en su inventario. Es cierto que así como bajó un 20% también puede subir un 30% y el comerciante del ejemplo ahora tendrá más dinero para surtir sus estantes pero dudo que alguien quiera correr el riesgo de forma permanente.
Un activo con la volatilidad de BTC no es garantía de valor para aquellos que viven de intercambiar mercancías. Nadie querrá arriesgarse a que de un mes a otro el valor percibido por ventas haya cambiado de forma tal que sea imposible reponer las unidades vendidas. Los negocios reales no se manejan así.
Tener BTC en la cuenta de compra/venta es un riesgo demasiado alto para aquellos que obtienen su sustento del intercambio permanente. Quizás sirva para las instituciones, los gobiernos y los tenedores de largo plazo pero bajo esas circunstancias es impensable para el grueso poblacional.
Dirán los maxis que BTC no ha hecho más que subir en el tiempo. Y razón no les falta. De unos cuantos centavos a casi USD 109.000 en 15 años. Sin embargo, en el mundo real, no el mundo de las Redes Sociales, los videitos de YouTube ni el mundo mágico de las ideologías libertarias, casi nadie mantendrá en su haber un activo que le ha dado profits de 100%, 200% ó 300%. Psicológicamente es muy difícil resistirse a materializar esos beneficios.
Adicional a ello, debemos comprender que esa subida no es lineal y que, como es natural, ha venido acompañada de unas buenas caídas. En este momento, para no ir más lejos, pasamos de casi USD 109.000 a USD 79.000 en tan solo 40 días (del 20 de enero de 2025 al 10 de marzo de 2025). ¿Cómo podría un comerciante de ropa, de electrodomésticos o de alimentos reponer su inventario tras esta caída?
Insisto en poner como ejemplo a los comerciantes porque el propósito inicial de BTC fue ser un medio de intercambio de bienes y servicios. Así está consignado en su White Paper: «Una forma de dinero en efectivo electrónico puramente peer-to-peer debería permitir enviar pagos online directamente entre las partes y sin pasar a través de una institución financiera». Lo dice en el primer párrafo del WP y aunque teóricamente es cierto, en la práctica pocos querrán usarlo así…
Otra razón que me lleva a pensar que BTC no será adoptado masivamente es que no veo cómo o quién aceptaría este activo como garantía. Digo, situémonos en el mundo real, no en el mundo de los niñatos youtubers que nos hablan de negocios y aún viven con sus padres. En este mundo real una institución financiera, o un prestamista particular, nos prestarían algo así como el 60-70% del valor de nuestra prenda de garantía. Sobre un inmueble de $100 millones nos prestarían, posiblemente, $60-$70 millones si nuestro score crediticio es bueno.
Si alguien nos hubiera prestado USD 70.000 el 20 de enero de 2025 por nuestro BTC de USD 108.000, ya nos estaría llamando a margen, es decir, a aumentar el valor de nuestra garantía. En caso de no poder aumentar la garantía, el prestamista liquidaría la posición y se cobraría por derecha. Ningún prestamista, sea institucional o particular, esperaría hasta que la garantía valga lo mismo o menos que el monto prestado. Ninguno.
Siendo así, debemos admitir que, al menos el BTC que tenemos hoy, no será adoptado de forma masiva por las personas del común, es decir, aquellos para quienes, aparentemente y a juzgar por el WP, fue creado. ¿Entonces para quién lo será?
BTC no reivindicará a los excluidos.
Y lo anterior nos trae hasta acá. Los niñatos ideologizados de las redes sociales dicen que BTC traerá libertad para todes, sepultará a los bancos y a los gobiernos y convertirá al mundo en una sucursal del paraíso idílico, en Shangri–La. Mucho me temo que este es otro de sus patéticos delirios infantiles.
Basta ver la distribución actual de BTC para saber que no será para todos. No puede serlo. Con casi 5 millones de bitcoins entre los perdidos y los que hibernan en la wallet de Satoshi, y un poco más de 1,5 millones sin minar, nos quedamos con algo así como 14,5 millones de unidades para todes 😕
Si quedaran en circulación 14,5 millones de BTC, y cada BTC esta compuesto por 100 millones de sats, tenemos que a cada uno de los 8.000 millones de habitantes de este mugrero estelar le corresponden (aprox) 181.000 satoshis. Eso, al precio de hoy, no alcanza a ser medio salario mínimo mensual de Colombia.
Para ponerle más sal a la herida ideológica de los cryptonenes, tenemos a los grandes fondos, gestores de capital y a algunos gobiernos comprando y acaparando bitcoins a dos manos. La imagen de la distribución que puse en este apartado no es muy reciente y me temo que las proporciones correspondientes a los fondos, las compañías y los gobiernos han aumentado considerablemente mientras que las partes que corresponden a los exchanges y a los individuos han disminuido. Entonces, ¿para quiénes será BTC?
Las utopías suelen perecer ante la realidad y lo que la realidad actual nos está mostrando es que BTC será para las élites. No es lo que quiero pero es lo que hay. Tal vez su propósito fundacional fuera todo lo contrario pero es en lo que mutó. Ya podemos irnos olvidando de que esta tecnología reivindicará a las mayorías excluídas de los sistemas financieros tradicionales. Eso no va a pasar mis amores, no importa cuánto lo deseen y cuánto se lo repitan, lo que la realidad nos muestra es todo lo contrario: que siendo BTC un activo de las élites que pueden mantenerlo en sus portafolios indefinidamente, profundizará la desigualdad económica en el mundo.
BTC no será libertario.
¿Cómo podría ser libertario un activo atesorado por los gobiernos y por los verdaderos maestros de las marionetas? Los Cypherpunks que participaron en la creación de esta tecnología pensaban en una moneda digital segura, estable, resistente a la censura, inconfiscable, deflacionaria e imposible de controlar por los politiqueros y los bancos centrales.
Y eso es lo que hay. Cada una de esas características se cumple en Bitcoin (la red) y en BTC (el activo). Solo una cosa salió mal: que si bien quienes controlan el mundo no pueden controlar Bitcoin, sí pueden comprarlo. No pueden emitir más BTC o detener el curso programado de su emisión; no pueden cambiar a capricho el tamaño del bloque, ni pueden aumentar o disminuir las recompensas pero hay algo que sí pueden hacer: comprarlo todo.
BlackRock, Fidelity, MSTR, entre muchos otros grandes pulpos, y ahora también algunos gobiernos son apenas una muestra de quienes están comprando el circulante de BTC. ¿Cómo podría ser libertario algo así?
Esta situación no parece incomodar a muchos tenedores de BTC. Por el contrario: parecen muy cómodos con el hecho de que su «activo reivindicador» esté siendo acaparado por las élites. ¿No celebraron acaso la aparición de los ETFs de BTC? ¿No babean como el perro de Pavlov con la sola mención de la «Reserva Estratégica»? Quienquiera que fuera Nakamoto debe estarse rascando la cabeza con violencia…
El verdadero activo libertario es Monero pero eso es tema de otro post. BTC es un buen activo, me encanta su tecnología, pero BTC no será libertario, ni será masivo, ni reinvidicará a los oprimidos, ni sepultará a los bancos centrales, ni nada de esas tonterías que a diario se repiten en los parvularios de Internet. BTC, como el oro o el petróleo, será un activo más de los portafolios. Al igual que el oro y el petróleo, una parte circulará (de lo contrario no tendría utilidad) y otra, la porción mayor, será atesorada por aquellos que pueden permitirse tener grandes capitales ociosos (valorizándose por la escasez creada por ellos mismos). Niños, ya es hora de aterrizar.
Este post lo escribo como tenedor de BTC que no ha vendido un solo sat y aún no piensa vender. No obstante, tengo claro que algún día venderé. De lo contrario, ¿para qué me sirve? ¿Por qué es tan difícil admitir que estamos en esto para ganar dinero? ¿No es esa acaso la razón por la cual se alegran cuando el precio sube? Ya es hora de bajarle a la tontería ideológica. Hasta la próxima.