Necesito encontrar la forma de evadir el bombardeo de idioteces que llegan por todos los flancos de Internet. Necesito evadir el cerco tendido por la puta fauna patética que en mala hora tuvo acceso a la tecnología. Necesito guarecerme del chaparrón de mierda que no para de caer en forma de selfies, frases motivacionales, alabanzas a dioses improbables, solidaridades impostadas, amistades deleznables cuyo único punto de cohesión es la borrachera, postureo buenista, gratitudes jactanciosas y demás porquerías inaportantes que consumen el ancho de banda.
De verdad no puedo más. Tengo que admitir que los cerebros podridos ganaron. Me rindo. Pensé que podía darle manejo a la estupidez ajena pero no, no puedo. Lo intenté y fracasé, lo reconozco.
Lo bueno es que ahora que he admitido mi derrota puedo buscar soluciones que me permitan seguir en Internet sin untarme de toda la mierda que producen los primates que nunca, por ningún motivo, debieron conocer y mucho menos usar el protocolo TCP/IP.
Por ello, hace un tiempo comencé a depurar lo que veo y consumo. No puedo hacer que desaparezca la basura de Internet pero puedo dejar de verla y olerla. Al menos una parte de ella. Es tanta que sería utópico pretender ocultarla por completo.
Extensión para esconder la mierda.
Todos conocemos las extensiones que bloquean los anuncios publicitarios. Me encantan. Hacen de Internet un lugar mejor. Sin embargo, pocos conocen que también existen extensiones que permiten bloquear contenidos específicos. Una de ellas es EmoGuard. Con esta extensión para navegadores podemos bloquear palabras clave que nunca volverán a aparecer frente a nuestros ojos.
La imagen anterior corresponde a la captura de pantalla de un diario cualquiera. Todos los días leo noticias en diferentes diarios de Colombia y el mundo pero se había vuelto tedioso por tanto contenido basura. Para leer algo de mi interés debía pescarlo entre un mar de estupideces que no solo no me interesan sino que me repugnan.
Las X azules las puse para indicar los sitios donde había contenido que no me interesa ver. Solo las puse para mostrar que en ese pequeño espacio hay 5 contenidos bloqueados. Contenidos que al no interesarme no tengo porqué ver. Estos contenidos los voy bloqueando conforme van saliendo. Con el tiempo, toda la basura ha desaparecido y en su lugar solo hay espacios en blanco como se ve en la siguiente imagen:
¿Qué había allí? Palabras clave de temas que no me interesan. Pendejadas virales, frivolidades de la farándula, pasiones irracionales e inexplicables como las aficiones deportivas, música de impedidos y dependientes emocionales y diez mil cosas más que elijo no ver.
Lo mejor que tiene esta extensión es que no borra únicamente la palabra clave sino toda la sección que la contiene. Eso es una maravilla. Si por ejemplo no quiero ver contenidos sobre el campeonato mundial de alguna güevonada (y todos, sin importar de qué, son una güevonada), solo debo agregar la frase «Campeonato Mundial» a la lista de bloqueo y en adelante, sin importar el sitio que visite, toda las secciones que contengan esas dos palabras en ese orden serán ocultadas de mi vista.
La palabra «campeonato» seguirá apareciendo en los contenidos. La palabra «mundial» también. Pero juntas no volverán a aparecer. ¿No es maravilloso?
OJO: La extensión es muy sensible y bloqueará el contenido literal. Es decir, si la palabra que usted quiere bloquear lleva tilde, debe ingresarla con la tilde. En caso contrario seguirá viéndola en los contenidos.
Estados de Whatsapp.
Me gustaría no tener que usar Whatsapp pero no es posible. Lastimosamente, es la aplicación de mensajería más utilizada y marginarme de ella sería marginarme de asuntos laborales y familiares que no puedo desatender. Lo que sí puedo hacer es configurar la aplicación para que su uso no me contamine con la basura de los enfermitos de atención.
Los estados de Whatsapp se han convertido en la vitrina donde se exhiben las miserias de personitas con la autoestima de una cucaracha. Todos los días las mismas putas fotos y los mismos putos mensajes motivacionales; las mismas putas buenas vibras y los mismos putos salmos. Sí, sí, ya sabemos que son disciplinados, exitosos, inteligentísimos, graciosos, hermosos, piadosos y generosos. Con las primeras 13.000 veces que nos lo mostraron nos dimos por enterados. Ahora dejen de luchar contra lo obvio y salten al vacío desde un décimo piso.
Si bien no puedo dejar de usar Whatsapp sí puedo dejar de consumir la basura que allí se publica. Sin seguir canales, silenciando estados y asignando alertas personalizadas a los contactos que de verdad me interesan puedo darle un uso más higiénico a esa porquería de aplicación.
La puta fauna patética no va a dejar de avergonzarse a sí misma porque yo lo diga. Ni más faltaba. Yo no soy nadie para exigirle a esos pobres condenados que maduren. Lo que sí puedo hacer es perderme el lastimero, triste, sombrío y doloroso show de sus insignificantes vidas.
En un post anterior les mostré una extensión que nos permite bloquear dominios. De esta forma, he bloqueado el acceso a todas las letrinas sociales y otro centenar de sitios que no me interesan. Si un enlace corto lleva, por ejemplo, a Facebook, la cloaca más puerca, simplemente no abrirá. No puedo controlar lo que existe en Internet pero puedo controlar lo que consumo en Internet. Eso mismo intento hacer con el resto de asuntos en mi vida. No porque exista el fentanilo voy a meterlo por mis venas.
Frente a mí no aparece contenido que no me interesa. Si algo se me escapa lo bloqueo de inmediato con la extensión. Mi navegador principal no puede acceder a sitios basura como las redes sociales, o las páginas de apuestas. No veo los estados de Whatsapp de nadie y controlo el tiempo de uso diario del teléfono. Paso a paso me acerco al propósito que me tracé: usar Internet para adquirir nuevos conocimientos y generar valor.