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Los de antes

Ya casi no quedan blogs como los de antes. Aquellos en los que había información valiosa, opiniones interesantes o recursos útiles y más nada. Ahora todo se trata de monetizar cada pixel, de acumular borregos, de espiarlos y de vender sus datos. Empero, navegando por aquí y por allá encontré un blog de esos, de los buenos, de los de antes.


Los de antes El sitio se llama Hijos de Init y es un blog enfocado en la tecnología libre. Al igual que yo, su autor es usuario de GNU/Linux y FOSS. Pero no solo eso tenemos en común. Su dueño es, evidentemente, un minimalista digital, un enemigo declarado del consumismo voraz y una persona muy consciente de preservar al máximo nuestra privacidad y respetar la de los demás. Tan pronto como se entra al sitio nos encontramos con el siguiente mensaje:

Este blog no cuantifica ni monetiza al visitante. Sean muchos, sean pocos, no me importan esos detalles, de dónde vienen o a dónde van; lo que aquí se expone está escrito por puro placer. Este blog prefiere sacrificar un sistema de comentarios cómodo en pro de la privacidad del visitante. Incorporar sistemas de comentarios como ‘Disqus’ u otros suministra telemetría a terceros, es contrario a la privacidad y una falta de respeto al lector.

Son muchas cosas en común. Quienes conocen mi sitio saben que no hay formularios, no pido sus datos ni monetizo el contenido con anuncios publicitarios. Creo que los sitios pequeños no deberían desgastarse con esas tonterías que, al final, tan solo redundan en unos pocos dólares al año.


Los de antes


No me quiero extender mucho pues la idea es que conozcan el sitio y, si les gusta, lo sigan visitando. Solo me gustaría transcribir un par de párrafos que encontré en algunas de sus entradas más personales pues la verdad es que disfruté mucho leyéndolas.


Esta noche al volver de trabajar me encuentro con que a mi hijo unos obedientes funcionarios del Estado que hieden a gel hidroalcohólico (no a coñac) y pasean carpetas por esos edificios llamados “colegios” (maestros se hacen llamar) le han dado un ordenador. A sus otros compañeros también.

La horda de calzonazos y meonas -o sea, los papis- no tiene dinero para ordenadores pero sí para smartphones, para mascarillas de diseño, o para desembuchar 200 pavos para que sus críos se vayan a las “convivencias” del cole a descubrir lo que es una gallina o abrazar un manzano.

Aquí, en este mi hogar -que es el único Estado al que sirvo y rindo pleitesía, soberano y tan humilde como poco dado a aceptar limosnas-, ya tenemos ordenadores, pagados con el sudor de la frente. La mejor computadora de esta santa casa es la de mis hijos: un portátil de la serie Tuff Gaming y un Lenovo Legion. No hizo falta dejar de comer postre para pagarlos. El último me lo malvendió un tal Converso. Uno de sus caprichos, fruto -diríase- de decisiones de cadáver financiero.


Las negrillas son mías. Evidentemente a Termita (así firma su blog) no le gustan los funcionarios y demás parásitos burocráticos inservibles. ¿Será minarquista como el suscrito? Los posts técnicos son muy útiles pero los post de tipo personal son una delicia. Para la muestra los siguientes párrafos:


Todas esas corporaciones de hardware y de software -hoy todas ellas tan sorprendentes como ostentosas sacerdotisas de la calentología, la nueva religión “verde”- que se suman a ese rollito de repercutir sobre la humanidad de a pie “lo sostenible”, ¿cómo pueden ser tan desapercibidamente cínicas?

Usted a desguazar su aún plenamente funcional automóvil diesel porque esa chupipandi dice que es poco menos que Satanás y hace que los gatitos tosan y lloren.

Ellos a fabricar en esa modélica democracia, paraíso proletario, llamada China -sin control alguno de “impahto medioambientáh”- todo tipo de chismes compinchados con los grandes del software, que actualizan sus productos para que -para hacer lo mismo (casi siempre dejarse maltratar con polladas de redes sociales y vejaciones varias)- vd. tenga que comprar esos chismes nuevos y tirar los repentinamente “viejos” -aunque aún funcionen perfectamente, a pesar de que hace cuatro días cuando vd. los compró le hubieran costado un riñón, y costara riñón y medio fabricarlos explotando naturaleza y esclavos en minas y fábricas de ensamblaje… cuando no, fomentando guerras-.


Ha sido muy agradable encontrar y leer un blog sin registros, sin formularios, sin pretensiones económicas y, además, de uno de los temas que me interesan. Ojalá hubiera muchísimos más sitios activos que no intenten sacarle 2 centavos a cada puto renglón. Y tal vez los haya. Seguiré buscando.