¿Cómo van las acciones de la BVC? Tal cual lo dice el título de este post, mi portafolio de acciones en la Bolsa de Valores de Colombia va como la mierda. Ni una sola especie de mi portafolio se encuentra en verde. Ni siquiera cerca de paridad. La posición menos preocupante está –6,31% mientras que la más golpeada está –49,94%. Un desastre total.
Sin embargo, y pese al funesto panorama, aún duermo de corrido en mi cama y no en una clínica de reposo. No es fácil mantener la calma en estos escenarios. La mayoría de inversionistas noveles liquidan sus posiciones y con el dinero que alcanzan a salvar pagan 2 ó 3 años de terapia psicológica intensiva (a veces electroconvulsiva). No obstante, el inversor medianamente entrenado e informado evalúa la situación individual de cada activo, hace sus ajustes y sigue adelante con su plan, cualquiera que sea.
La razón de este desastre bursátil tiene nombre propio: Gustavo Petro. El demagogo que gobierna a Colombia no genera ninguna confianza en los mercados. No es un asunto personal, sencillamente los mercados saben cuál es el desenlace de esas medidas populistas; medidas que otros chiflamicas han intentado en diferentes épocas y en diferentes lugares y el resultado ha sido siempre el mismo: un inevitable y estrepitoso fracaso.
MI PLAN DE INVERSIÓN.
Desde que comencé a invertir en la Bolsa de Valores de Colombia BVC, hace algunos años, mi plan era la inversión en valor o value investing, con un horizonte de largo plazo y buscando la capitalización compuesta. Es cierto que el gobierno del populista representa una amenaza y retrasa la consecución de los objetivos trazados pero también presenta algunas oportunidades interesantes como los dividendos y la reinversión de los mismos comprando acciones a precios de feria.
En el año 2020, año de la pandemia, la bolsa cayó en picada. Los manos blandas anunciaban el advenimiento de los 4 jinetes del apocalipsis y se apresuraron a vender sus posiciones a precios ridículos. Por otra parte, los inversionistas más aplomados, no necesariamente manos fuertes, aprovecharon la oportunidad y les compraron el pánico. Como resultado de este intercambio de tenedores, el año 2021 y el comienzo del 2022 fueron fabulosos. No había especie que no ganara y quienes teníamos Sura y Nutresa, activos que entraron en OPAs (oferta pública de adquisición), salimos con muy buenas rentabilidades pero la bonanza duró hasta que el señor Petro comenzó a puntear en las encuestas. ¿Y entonces? Paciencia, para allá vamos.
En mi portafolio tengo empresas que compré para conservarlas y empresas que compré a descuento con el fin de venderlas un poco antes de que lleguen a su precio justo o valor contable (P/VL). Lastimosamente y bajo las actuales circunstancias de inestabilidad económica y política, ese precio tomará un buen tiempo en llegar. Veamos la composición de mi portafolio, su peso individual y el propósito de cada activo.
De esta canasta de activos pienso conservar Terpel, GEB, Celsia, Cemargos y posiblemente Corficol, todo depende del supuesto lío judicial que tienen estos últimos. Conconcreto, Mineros, BVC y PEI no pensaba conservarlas y mi propósito era venderlas antes de llegar a su P/VL. Conconcreto la compré cuando las aseguradoras pagaron el lío de Hidroituango. Mi objetivo es venderla en 0,7 – 0,8 P/VL; Mineros, la más golpeada del portafolio, también pienso venderla en 0,8 P/VL, pero Mineros tiene una ventaja y es que su dividendo se tasa en dólares así que por ahora no me preocupa e incluso creo que invertiré los dividendos en la misma compañía. BVC la tengo porque su valor justo es casi el doble de su precio actual y una eventual fusión con las bolsas de Chile y Perú podría destapar ese valor y PEI la compré porque su valoración es ridícula. Su precio actual es aproximadamente un 40% de su patrimonio. Estas últimas acciones, BVC y PEI, tienen un peso marginal en mi portafolio.
NOS VAMOS A DIVIDENDOS.
Al momento de escribir este post mi portafolio va –20,45%. Una desvalorización grande pero no tan grande para lanzarme por la ventana. Es posible que en los próximos meses se den algunos eventos que cambien el rumbo de algunos títulos:
- Nuevas OPAs.
- Listamientos en el exterior.
- Recompra de acciones por parte de las empresas.
- Ingreso de manos fuertes al mercado una vez baje la espuma política.
Estos eventos pueden darse o no. Nadie lo sabe. Lo que sí es cierto es que los dividendos del próximo año pueden ser de cerca del 13 – 14% de mi capital invertido de forma que al menos la inflación puede estar cubierta (o casi). Como los dividendos de este año, al igual que los anteriores, se invirtieron en la misma bolsa, los precios promedio de compra de mis acciones han bajado ostensiblemente. Cuando lleguen esos dividendos se reinvertirán en las mismas acciones o en otras si se ve en ellas mejores oportunidades.
Entonces sí, mi portafolio de acciones en Colombia va como la mierda pero no pasa nada. Al final el largo plazo y el interés compuesto harán su magia. Total siempre supe que no sería fácil.
Actualización Feb. 2023: ahora vamos peor que la mierda.