Piratearlo todo

Hubo un tiempo en que si queríamos tener software y/o entretenimiento debíamos pagar licencias, adquirir copias físicas o piratearlo todo. Yo, desde luego, siempre opté por piratearlo todo. En esa primera Internet existía una libertad hermosísima que hoy se ha perdido casi por completo.


Piratearlo todo


La tecnología, el conocimiento y el entretenimiento fluían por los cables con total libertad. Las nuevas canciones llegaban a nuestras computadoras antes que a muchas tiendas de discos. Alguien en Nueva York compraba el CD, convertía las canciones a .mp3 y las compartía en sus plataformas P2P. Así, alguien en Lima podía escuchar el nuevo álbum de su banda favorita antes de que llegara a las discotiendas de la ciudad.

El software no escapaba a nuestro deseo de piratearlo todo. Si necesitábamos un programa, por ejemplo CorelDraw, solo lo descargábamos y buscábamos su serial (bien en texto plano, bien en forma de keygen) o el crack en http://astalavista.box.sk/. Esa era una de las tantas páginas que había en su tiempo para compartir cracks y seriales.


Piratearlo todo
Astalavista. Tomado de Wayback Machine.

¿Saben qué eran los cracks? Eran pequeños parches ejecutables que desbloqueaban los programas de pago y nos permitían usarlos como si hubiéramos adquirido sus costosas licencias. En cuestión de segundos un programa bloqueado levantaba la talanquera para que los internautas libres pudiéramos usarlo. Era sencillamente maravilloso tener toda la suite de Macromedia (Dreamweaver, Flash y Fireworks, entre otros) sin pagar un solo centavo. Así aprendí a hacer páginas web sin tomar cursos académicos.

Es cierto que no pocos cracks venían con sorpresa pero eso no nos importaba. Los usuarios de GNU/Linux teníamos Windows en otra partición y no nos importaba si nos metían malware pues, total, el Windows también lo teníamos pirateado. Usábamos el software sin pagar por él, escuchábamos música sin comprar el disco ni pagar suscripciones y veíamos las películas grabadas por unas manos temblorosas en el mismísimo cine 😈 Ah, qué eṕoca.

Lo que pasó después fue que se formaron muchas Gestapos del Copyright en el mundo. Las grandes compañías de software, las grandes disqueras y las grandes editoriales tenían (tienen) todo el dinero del mundo para comprar jueces y congresistas que criminalizaron el compartir. Una a una fueron cayendo las plataformas donde compartíamos archivos. Al final, solo quedaron unas pocas redes donde las mismas Gestapos del Copy colaron millones de archivos maliciosos con nombres llamativos de forma que Titanic.mp4 muy seguramente no era  la película sino un troyano (o la película con troyano).

Ahora mismo no tenemos necesidad de piratearlo todo. De hecho, ya casi no tenemos que piratear nada. Los usuarios de software libre tenemos todo lo que necesitamos. ¿Para qué voy a ponerle un crack a la basura de Mierdasoft Office si tengo LibreOffice que es muchísimo mejor y no me pide licencias ni me espía? La comunidad que antes pirateaba su software decidió crear sus propios programas. ¿No es maravilloso?

Es genial. Pero la mayor genialidad vino de quienes antes persiguieron a los «compartidores». Las mismas compañías que gastaron billones haciendo lobby (o sea sobornando burócratas) encontraron la forma de alquilarnos su mierda a bajo costo. Hoy podemos tener música, películas y series por USD 20 / mes. No poseemos la música pero podemos escucharla siempre que paguemos el importe mensual. No tenemos nada pero somos felices

No es que me guste pero debo reconocer que es más cómodo así. Si quiero escuchar un álbum solo lo busco y lo escucho. Ahora mismo estoy escuchando Those of the Unlight de Marduk. Ya no tengo que gastar horas y horas buscando archivos, descargándolos (muchas veces incompletos) y analizándolos para que no me metieran un malware entre una canción. Odio decirlo pero ganaron las compañías y perdimos los piratas.

Piratearlo todo¿Quién se pondría a llenar su disco duro de archivos multimedia pudiendo escucharlos y verlos en la nube por un pequeño pago mensual? La respuesta es muy sencilla: Yo.

En una bodega tengo varios folders repletos de CDs y DVDs con miles de canciones y películas. Esos archivos los descargué hace unos 20 años y ahí siguen esperando a ser disfrutados.

Lo que haré ahora es comprar un reproductor de CD/DVD para pasar mi música favorita al disco y reproducirla en local como si fuera un cavernícola. Y lo mejor es la forma como voy a escuchar mi música (sí, mi, con pronombre posesivo): en la terminal.


Piratearlo todo
Musikcube, reproductor de música para la línea de comandos.

Usar la terminal de comandos para escuchar la música pirateada le dará a mi máquina ese toqué vintage que tanto extraño. Esa es la informática que me gusta y la Internet que deseo. No dejaré de pagar suscripciones porque, repito, son cómodas, muy cómodas esas putas plataformas. Solo tendré algunas de mis canciones y mis películas favoritas en el disco duro para sentir que le arrebaté algo a esos pulpos codiciosos. Ya les mostraré cómo queda mi próximo centro de entretenimiento minimalista. Hasta la próxima.

Categorías: G33ks, GNU / Linux, Hacking Ético, Personal
J. Inversor

Escrito por:J. Inversor Otros posts del autor

Hackear es un acto noble y altruista porque trae a la existencia la multiplicidad inagotable de todos los códigos, sean naturales, sociales, computacionales o poéticos.