El 2024 lo comienzo más minimalista que nunca. No solo digital. En lo financiero también hice barrida y eliminé muchos productos que usaba muy poco o, de plano, no los utilizaba. Algunas cuentas las usé un par de veces y, por pereza o descuido, no las eliminé dejando enormes cantidades de datos sueltos. Cuando se adquiere conciencia de la importancia de proteger los datos, ese tipo de descuidos son imperdonables.
Es el caso de PayPal y Skrill, dos servicios que utilicé en su momento pero que, por muchas razones, entre ellas sus absurdas comisiones, dejé de usar. Muchas veces dejamos de usar un servicio pero no eliminamos la cuenta (y sus datos). Craso error. Cuando se deja de usar un servicio debe eliminarse la cuenta y. en la medida de lo posible, los datos asociados a ella. Esto no siempre es fácil pues algunos países y legislaciones obligan a las empresas a guardar los datos de sus clientes hasta por 6 años. Una locura. Por eso, cuanto antes lo hagamos, mejor.
Amazon, MercadoLibre, eBay, AliExpress… Enormes hipermercados de basura innecesaria donde ya no tengo cuentas. Hoy en día lo que más consumo es libros pero la mayoría los consigo en Internet, gratis y sin registrar datos personales. Cuando no encuentro un libro técnico en línea lo compro en Ediciones de la U o en Buscalibre. Mi ropa nunca la he comprado por Internet, los gadgets los adquiero en una tienda tecnológica local y mi consumo de otros bienes es casi nulo. ¿Para qué necesitaba entonces esas cuentas? Ellos sí usaban mis datos, yo no usaba sus servicios.
Otra cuenta y aplicación que eliminé fue Rappi. Viendo mi historial de pedidos descubrí que casi siempre ordenaba lo mismo. Eso lo puedo hacer llamando directamente a los restaurantes habituales, sin intermediarios. No tiene sentido regalar los datos así.
Y en este propósito de año nuevo de ser más minimalista que nunca, también cayó Uber. Hacía por lo menos 6 meses no usaba los servicios de Uber. ¿Qué mierdas hacen mis datos en una plataforma que no uso? Dada mi actividad es poco probable que necesite un Uber así que adiós. Más minimalista que nunca significa más hermético que nunca.
La siguiente en caer fue Nequi. Revisando mis fuentes de ingreso descubrí que ninguna iba directamente a Nequi. Saqué esa cuenta cuando dejé de usar tarjetas de crédito para tener una e-card prepagada pero ya no la necesito. Tras un año sin dinero plástico he decidido aceptar una tarjeta pero ahora bajo mis condiciones, es decir, sin cuotas de manejo y con cashback. Además, mover dinero a través de Nequi era un paso innecesario que me costaba 4×1.000*.
También del sector financiero cayó Muun, en este caso del mundo crypto. Cuando comencé el criptoahorro saqué varias Wallets pero ahora todo lo concentro en dos. Una en la que hago staking y otra en la que solo holdeo. Además, en unas semanas voy a adquirir una billetera fría y no necesito tantas cuentas para lo mismo.
Las aplicaciones de streaming también sufrieron la purga. Solo dejé las 2 que tengo de pago. Una de música y una de series / películas. Todo lo demás fue eliminado junto con sus datos asociados. No sé ni para qué tenía las otras si no las usé ni siquiera durante los periodos de prueba.
Para terminar me deshice de varios servicios de cloud y adquirí un servicio seguro de pago. Tal y como dije en Adiós a Gmail, toda la información sensible ahora entra y sale de un servicio seguro. Eso incluye los archivos delicados que tenía en la nube como escrituras, contratos, promesas de compraventa, soportes de pago, etcétera. Las fotos personales y familiares se encuentran en un dispositivo físico sin acceso a Internet. Gmail y Drive quedaron relegados a puras pendejadas, como debe ser cuando se trata de una Big-Tech que monetiza sus datos.
Al final del ejercicio estos fueron los servicios / apps eliminados:
- PayPal.
- Skrill.
- Nequi.
- Muun.
- Amazon.
- Mercadolibre.
- Mercadopago.
- eBay.
- AliExpress.
- Rappi.
- Spotify.
- Deezer.
- Amazon Prime.
- Google Drive.
- OneDrive
- DropBox
- Uber.
Total: 17 aplicaciones y servicios que no necesito pero que usaban mis datos como mercancía o moneda de cambio. Si a eso le sumamos que en diciembre de 2023 hice la ofensiva más grande que haya hecho para eliminar contenido que otros subieron sobre mí, sobre las empresas que he tenido o los negocios en que he participado, quedo muy cerca de alcanzar la utópica huella cero. Nunca se llega a cero pero sé que voy a estar bastante cerca.
*El 4×1.000 es un impuesto que se paga en Colombia para mantener burócratas parásitos que en una economía libre serían habitantes de calle o morirían de hambre.