Creo que nunca hubo un momento más adecuado que hoy para recordar la Ley de Gresham. Aquella máxima económica que establece que «el dinero malo desplaza al bueno». Pero, ¿qué significa que un «dinero sea bueno» y otro «dinero sea malo»? Eso está determinado por el valor intrínseco de una moneda, es decir, lo determina su valor por lo que es. Veamos:

Esto lo descubrió Sir Thomas Gresham, comerciante y financiero inglés del siglo XVI quien advirtió que cuando en un lugar circulan simultáneamente dos (o más) tipos de monedas con diferentes valores intrínsecos, por ejemplo una de oro y otra de plata, las personas preferirán pagar sus gastos con la moneda de menor valor (la de plata), y conservar la moneda de mayor valor (la de oro) como ahorro. Con el tiempo, las monedas de mayor valor, las de oro, escasearán, mientras que las monedas de menor valor, las de plata, circularán en abundancia.
En los tiempos que estamos viviendo es muy fácil percatarnos de que algo así está ocurriendo. Los gobiernos del mundo están presionando a los bancos centrales para que bajen las tasas, ergo enciendan las impresoras. ¿Para qué? Para poner a circular monedas débiles (fíat) y dar la ilusión de abundancia y prosperidad. Para mantener estilos de vida que hace mucho son insostenibles.
Pero lo único cierto es que en el mundo algo está a punto de romperse. Las bonanzas que nos mostraron eran tan falsas como los papelitos de colores que imprimieron para crearlas: el sueño americano, el Estado de Bienestar europeo, el asistencialismo: mierda, paja y humo. La única forma de continuar con esa farsa es aumentando el valor de la deuda hasta que alguna de las economías grandes estalle y la onda expansiva se lleve al resto del mundo por delante.

El gráfico anterior nos muestra la deuda gubernamental por países. ¿Quién puede sostener eso y por cuánto tiempo? Ya no se trata de si creemos que la economía mundial se dirige al colapso. Ahora solo se trata de adivinar por dónde comenzará la implosión. ¿Será Japón quien inicie la reacción en cadena? ¿Será Francia?
Ese problema en el que estamos metidos fue causado por los políticos y sus hienas: los funcionarios. No hay otros responsables de esa penosa situación en la que se encuentra la humanidad. ¿Y qué se hizo ese dinero? Una gran parte se la robaron, con otra parte crearon entidades innecesarias para «dar trabajo» a cambio de votos y la menor parte la repartieron en limosnas para mantener al electorado cautivo. El dinero público* de todos los países del mundo se utiliza en ese orden.
¿Tenemos alguna alternativa? No podemos escapar al colapso pero podemos hacer que una parte de nuestro patrimonio no caiga en manos de las lacras.
*Aclaro que no existe tal cosa como el dinero público. Es solo dinero que los políticos han expropiado a sus legítimos dueños para enriquecerse sin producir absolutamente nada.
Dinero fuerte.
Si ya tenemos claro que el dinero débil es aquel dinero que se puede imprimir con promiscuidad, que puede ser manipulado a su antojo por los políticos, sus funcionarios y los otros delincuentes de los bancos centrales, entonces también podríamos intuir que el dinero fuerte es todo lo contrario. ¿No?
¿Cuál activo no puede crearse a capricho, no puede ser confiscado con un decreto de papel cagado y no puede circunscribirse a un territorio? Ese activo está entre nosotros desde el 3 de enero de 2009 y se llama: bitcoin.
Cuando se minaron los primeros bitcoins, en la fecha ya mencionada, Satoshi Nakamoto, su creador, incluyó en el bloque un mensaje muy diciente. Se trataba de la portada de un diario en el cual daban la noticia de un nuevo rescate bancario por parte del gobierno británico. Maroma financiera que se ha repetido a lo largo y ancho del mundo y que le ha costado su tiempo, su trabajo y su dinero a millones de trabajadores.

Bitcoin adolece de todos los defectos del dinero fíat. Es un activo con sus propios defectos y se le reconocen, esto no va de feligresías ni de fanatismos ciegos. Pero hay algo que termina de apuntalar la idea de que bitcoin representa una forma de dinero fuerte: el suministro en los exchanges está desapareciendo. ¿Esto que quiere decir?
Quiere decir que el bitcoin está dejando de circular y se ha convertido en un refugio. Tal cual lo dije comenzando el post cuando expliqué que «las personas preferirán pagar sus gastos con la moneda de menor valor, y conservar la moneda de mayor valor como ahorro». Eso es exactamente lo que está pasando. Menos bitcoin en los exchanges significa que hay menos personas interesadas en cambiarlos por monedas basura como el dólar, el euro, el peso argentino y demás.
Lo que estamos viendo es un cambio en el paradigma del dinero. Quienes entienden del tema saben que los papelitos de colores ya no tienen cómo proteger a los individuos de la devaluación, de la confiscación y de la voracidad de los políticos y han encontrado en el oro y en BTC una alternativa. Sí, el oro también puede protegernos pero el metal tiene varios defectos: no es divisible y sí es fácilmente confiscable. Si no me cree haga una prueba: intente viajar con un kilo de oro y su equivalente en valor en bitcoin y me cuenta cuál le confiscan (roban) en el aeropuerto.
Sin embargo, no me crea. Yo no soy nadie para intentar convencerlo de nada. Nunca lo he hecho pero lo invito a que haga algo por su cuenta: haga su propia investigación. Yo no soy ninguna autoridad en nada pero en la zona de descargas hay libros de personas muchísimo más preparadas que yo que le pueden explicar de qué va todo esto. Si después de estudiarlos no se convence no habrá pasado nada pues todo esto es gratis. Inténtelo.