El año pasado escribí sobre los diferentes tipos de wallets o billeteras que existían. Hasta ahora solo tuve billeteras calientes, es decir, de software y conectadas a Internet. Pero, como siempre me pasa con la tecnología, la curiosidad me terminó ganando y ahora que estuve en Los Ángeles aproveche para comprar mi primera wallet fría. De eso va esta entrada.
La wallet que adquirí fue la Ledger Nano S Plus. Es la más básica de la familia Ledger pero creo que para comenzar va bien. La que le sigue, la Nano X, tiene un poco más de almacenamiento y conectividad Bluetooth pero yo me pregunto: ¿para qué culos quiero conectividad Bluetooth en un dispositivo de custodia? Además cuesta el doble sin que lo justifique un valor agregado.
Sí, hombre, ya sé que en el pasado Ledger ha sufrido algunos ataques pero es que yo sé y entiendo un poquito del tema. A ver, las billeteras frías nunca estuvieron en peligro. El último ataque, el de diciembre de 2023, se hizo sobre el Ledger Connect Kit, una librería Javascript que conecta las wallets con sitios web externos. Este ataque fue neutralizado en 40 minutos.
El incidente no fue gran cosa. Lo que ocurre es que quienes viven del like tienen que hacer ruido por cualquier güevonada o no comen. Ademas, a mí no me interesa conectar mi wallet a nada. No hay otro propósito más que custodiar mis activos digitales. Para interactuar con aplicaciones descentralizadas (DApp) lo hago desde las billeteras calientes con pocos fondos.
El otro motivo —y tal vez el más importante— por el cual adquirí esta wallet y no otra, es porque fui a un almacen Best Buy y allí solo venden las wallets Ledger. Había dos: la Nano S Plus en U$ 79 y la Nano X en U$ 150. No tuve que pensarlo mucho y me daba pereza seguir buscando. Además, es mi primera wallet fría. No es como que me vaya a quedar con ella hasta el fin de los días. Solo estoy probando, ¿ya?
Configuración.
La configuración de estos bichos es realmente fácil. Es un poco lenta pero muy sencilla. Desde que comienza el proceso, hasta que queda lista para enviar y recibir fondos, pasan unos 30 minutos.
Lo primero que vamos a hacer es descargar una aplicación de escritorio llamada Ledger Live. Está disponible para GNU/Linux, Mac y Windows. Yo la descargué para GNU/Linux porque prefiero usar supositorios de ají Carolina Reaper que usar Windows.
Ledger Live para GNU/Linux es una AppImage y por tanto debemos usarla de la siguiente forma:
Primero le damos permiso con el comando: sudo chmod +x ledger-live-desktop-2.75.0-linux-x86_64.AppImage
Despues ejecutamos la aplicación así: ./ledger-live-desktop-2.75.0-linux-x86_64.AppImage.
Para Windows y Mac no es necesario hacer esto pues son sistemas operativos diseñados para idiotas e impedidos.
Y eso es todo. Ya deberíamos tener abierta la aplicación de escritorio. Ahora solo debemos seleccionar nuestra wallet y seguir las instrucciones paso a paso. Sobre esto no hay mucho que decir. Solo me gustaría hacer tres precisiones:
Primera: el PIN de 4 u 8 dígitos desbloquea el hardware. Es solo una protección extra por si perdemos el dispositivo.
Segunda: las 24 palabras, la semilla, es su clave privada. Escríbala y póngala a buen recaudo pues en esto no hay Servicio al Cliente. Si pierde sus semillas no tendrá acceso a sus activos. Así de simple. Usted es el único responsable de su custodia. Si cree que eso puede ser un problema deje sus activos en un exchange (con los riesgos que eso acarrea).
Tercero: sus activos no se van a almacenar en la wallet fría. Esto es clave que lo entienda. Sus activos digitales siempre estuvieron, están y seguirán en la Blockchain. Lo que se encuentra resguardado y protegido en su wallet es su clave privada, aquella que le permite acceder a los activos que son de su propiedad, transferirlos o recibir otros. Es decir, la clave que le permite firmar transacciones con esos activos. Si se pierde su dispositivo, el hardware, no pasa nada siempre y cuando tenga en su poder las 24 palabras. Solo debe restaurar su billetera en otro equipo y ya está.
En el último paso, la aplicación de escritorio (Ledger Live) valida la autenticidad del dispositivo. Aquí tuve un pequeño inconveniente pues me decía que había un equipo conectado (el Nano S Plus) pero que no podía verificarlo. Esto lo resolví abriendo una terminal y ejecutando el siguiente comando:
wget -q -O - https://raw.githubusercontent.com/LedgerHQ/udev-rules/master/add_udev_rules.sh | sudo bash
Reinicié la aplicación, conecté nuevamente el hardware, di clic en Mi Ledger y ya estuvo. El dispositivo fue verificado. Ahora solo restaba instalar las aplicaciones. Para cada tipo de activo que quiera custiodiar deberá instalar su respectiva aplicación.
En mi caso fue muy simple pues solo me interesan 5 activos. Bitcoin: la pionera y quien aún mantiene la mayor capitalización de mercado. Ethereum / Ether: porque además de ser una red y una moneda, es un entorno de desarrollo con infinidad de posibilidades. Cardano / ADA: por los contratos inteligentes. Polkadot / DOT: por la interoperabilidad entre diferentes redes. Y por último Ripple / XRP: por sus aplicaciones bancarias y su posible papel en las CBDC. También me interesa Monero / XMR por ser la única moneda realmente anónima pero esa es otra canción que después les canto.
Con mi primera wallet fría configurada era momento de ponerle fondos. Para eso usé mi billetera caliente Trust. La primera transferencia fue por U$ 300 dólares en BTC. Pequeña para probar. A los pocos minutos llegó sin problema. Después hice una segunda transferencia un poco mayor por valor de U$ 1.200. Al igual que con la primera transferencia, al cabo de unos minutos llegaron los fondos.
Algo que me llamó muchísimo la atención, es que para cada transferencia se utilizó una dirección pública diferente. La primera transferencia se envió a la dirección bc1qr23uy0xm46updxjj2mwkhsa5ry
Es de rescatar que no he puesto un solo dato personal en la configuración de la wallet. Eso me gusta sobremanera. Ahora es cuestión de ir almacenando activos comprados en plataformas P2P para evitar el molesto e invasivo KYC (Know Your Costumer).
Lo otro que debo mencionar, aunque no tenga nada que ver con la wallet, es que la comisión de red para estas operaciones pasó de U$ 20. En mi opinión son tarifas muy altas que limitan la adopción másiva de estos activos como medios de pago. Yo las tengo —por ahora— como reserva de valor pero llegará el día en que deba usarlas como medio de intercambio. Ojalá para entonces las tarifas hayan mejorado. De lo contrario estos embelecos nunca dejarán de ser únicamente activos especulativos.
El resultado final.
Así quedó mi primera wallet fría. Por ahora es solo una wallet con U$ 1.500 en BTC pero en los próximos días le iré transfiriendo fondos de otras billeteras. Las billeteras calientes las seguiré usando. Algunas para hacer staking, otras, como las Lightning Network, para hacer operaciones rápidas y baratas. Me falta mucho por aprender pero no tengo prisa. Hasta pronto.