Ayer instalé un sistema operativo que en su versión más básica cabe en un diskette. Sí, leyó bien, todo el sistema operativo cabe en 1.44 Mb. Su nombre es KolibriOS y apenas supe de él dejé lo que estaba haciendo para ir a probarlo. Como era de esperarse, KolibriOS es un sistema operativo MUY minimalista, básico y, si se quiere, anticuado. Sin embargo, tiene una gran cualidad: funciona (y por lo visto funciona mejor que las porquerías de Mierdasoft).
KolibriOS es un fork del SO MenuetOS (MeOS, 2000). A su vez, MeOS es un sistema operativo de código abierto basado en el kernel GNU/Linux y desarrollado a comienzos de siglo (2000). Desde su presentación hasta la versión 1.0 pasaron 15 años (2015), más o menos lo que tarda cualquier actualización de Windows en completarse…
KolibriOS conserva muchas de las características de MenuetOS pero se centró aún más en la simplicidad y la eficiencia. Además, cuenta con mejoras adicionales, como una interfaz de usuario más moderna y una mayor compatibilidad con aplicaciones y controladores.
Ambos sistemas operativos, MenuetOS y KolibriOS, corren en equipos que tengan desde 8 MB de RAM y procesadores i586-compatibles. No obstante, KolibriOS tiene versiones un poco más demandantes como la que yo utilicé en VirtualBox: Imagen para CD Live de 44 MB a la cual le puse 64 MB RAM. Veamos el SO funcionando.
Mi pantalla de inicio de KolibriOS es ligeramente diferente de la foto que puse en portada. Se ven 3 juegos más en el cuadrante inferior derecho. Si vamos a Menú veremos que el sistema contiene otros juegos y no pocas aplicaciones de uso diario.
Me encanta el minimalismo del Menú. Muy retro. Pero lo más interesante aquí es la cantidad de aplicaciones que tiene KolibriOS. ¿En dónde le caben? Es la magia del lenguaje ensamblador. Veamos algunas de esas aplicaciones y probemos su funcionamiento.
Los demos 2D y 3D funcionan. No sé para qué sirven esas maricadas pero, evidentemente, funcionan. Ahora probemos más aplicaciones de uso un poco más mundano como procesadores de texto y herramientas de dibujo.
Tiene una aplicación para dibujar. Un mini-Paint y funciona muy bien.
También tiene un procesador de texto enfocado en la programación con opciones de ejecución y depuración del código. Con esto ya es superior a Windows. Bueno, tengamos en cuenta que un gato muerto en una cuneta con dos gusanos saliéndose por las fosas nasales y un gallinazo picoteándole el culo es mejor que Windows. Pero sigamos…
Sorprende la cantidad de pequeñas herramientas enfocadas en la programación. No sé quién usará eso hoy en día pero supongo que en Siberia debe haber algún Vladimir septuagenario y cochambroso hediondo a vodka escribiendo código en algo así y suspirando por la desaparecida URSS mientras la humedad ambiental se le mete por un agujerito del zapato y le empapa el calcetín causándole una onicomicosis podal incurable.
El gestor de archivos es muy bonito. Muy Linux de finales de los 90. Me gusta ese toque vintage.
Tiene un procesador de tablas y una calculadora. Este SO le podría dar 20 años más de vida a cualquier máquina vieja que tengamos guardando polvo en una caja.
El centro de juegos es una locura. Entiendo que en ese espacio metan un sudoku y hasta un Tetris pero es que también metieron Wolfenstein de 1992, Doom de 1993 y Quake de 1996. Esto tenía que verlo y probarlo.
KolibriOS es una máquina del tiempo. Me llevó de vuelta a la primera computadora que me regaló mi papá por allá por 1995, hace la güevonadita de tres décadas. Sé que este SO no sirve pa’ un carajo pero son bobadas que me entretienen. Hasta la próxima.
