No existo

A nombre propio casi he alcanzado la tan anhelada huella cero. Esto quiere decir si alguien busca mi nombre completo no existo en Internet. Aclaro: no existo en sitios y documentos de acceso público. Este es el punto más alto de privacidad al que podemos llegar pues no podemos, al menos no de formas legales, borrar la totalidad de los datos que gobiernos, bancos y autoridades, entre otros, han acumulado sobre nosotros.


No existoSi alguien busca mi nombre completo entre comillas no encontrará nada. Para la Internet accesible a todos no existo. Soy un error 404. Cualquier autoridad que me requiera me puede contactar en un segundo. Lo mismo mi banco, mi servicio médico, mi abogado y mi contador. No así cualquier persona que, con buenas o malas intenciones, quiera acercarse a mí.

El anonimato total no existe. Es paja que podamos desaparecer por completo. Ni siquiera quitándonos la vida dejaríamos de existir en el mundo digital. Cuando muramos, algún idiota sobreactuad@ nos mencionará y a continuación dirá la imbecilidad: vuela alto. Días después, nuestro certificado de defunción será subido a la nube de la notaría, la registraduría, el banco, el hospital, etc.

Lo que sí podemos hacer es revelarnos al mundo de forma selectiva. Y eso es lo que por fin conseguí hacer con mi nombre y mis datos personales. La búsqueda de mi nombre en Google, entre comillas para mayor precisión, arroja un hermoso: «No se han encontrado resultados para…» seguido de centenares de resultados que nada tienen que ver conmigo: mismo nombre pero otro apellido, mismo apellido pero con otro nombre, mismo nombre y apellido pero es otra persona, etcétera.


Nostra culpa. 

No existoA lo largo de la vida los adultos funcionales ocupamos diferentes roles. Somos hijos, hermanos, profesionales, padres, cónyuges, empleados, empresarios, figuras públicas y un interminable etcétera. De cada uno de esos roles se han ido acumulando datos sobre nosotros en Internet.

Cada uno de ustedes evaluará qué tanta información desea eliminar de cada uno de esos roles. Yo pienso que debemos eliminar toda aquella información de tipo personal que permita a cualquier persona inferir: ubicación, situación económica, vínculos estrechos, propiedades y hábitos. Si podemos mantener esas cinco cosas en privado, nuestra vida digital será sana y segura. A continuación le daré algunos tips para que comience a borrar sus huellas en Internet. Estas fueron las cosas que hice para desaparecer (al menos de las búsquedas públicas).


Búsquese.

No existoEsto es lo primero. Búsquese al menos en los dos motores de búsqueda con mayor cuota de mercado. Estos son: Google con el 92% y Bing con el 3% (datos del 2023). El 95% de las personas usan Google y Bing porque el 95% de las personas son estúpidas y no podrían encontrarse el culo con las dos manos.

Esta búsqueda debe hacerla con sus nombres y apellidos pero no bastará con una sola búsqueda. Yo le recomiendo hacer, al menos, las siguientes combinaciones: «nombre nombre apellido apellido», «nombre apellido», «nombre apellido apellido» y «nombre nombre apellido». Esto en caso de que usted tenga dos nombres y dos apellidos como el 71% de la población latina.

Guarde los resultados de esas búsquedas. Su nombre, si bien es el dato más importante, no es el único que tendrá que buscar. A lo largo de nuestras vidas hemos ido dejando regados otros datos que nos pueden perjudicar: números de identificación, números de teléfono, correos electrónicos, información laboral, proyectos, etc. Cada uno hará la lista de esos datos que sabe que le ha dejado servidos a los delincuentes.

Muchas personas encontrarán que su huella digital ha sido mínima. Otros, como yo, encontrarán que lo único que les faltó fue subir la secuenciación de sus ADNs. En mi caso, tanto a nivel profesional como a nivel personal, tuve una presencia muy activa en Internet. Lo primero es respetable, Internet es una gran herramienta de trabajo; lo segundo es innecesario, irresponsable, repugnante, vergonzoso, grotesco, desesperado, ridículo, ordinario y patético. Lo acepto.


Manos a la obra.

Divida los resultados en dos grandes grupos: personales y profesionales / laborales. Vamos a comenzar por los personales. A su vez, divida los resultados personales en dos subgrupos: aquellos dejados por usted y aquellos que otros han publicado. Comenzaremos, como es obvio, por los primeros.

Nada personal. 

Muchas personas necesitan tener su información comercial, laboral o profesional en Internet. No es mi caso pero lo entiendo. Sin embargo, absolutamente nadie, en el sentido estricto de la palabra, necesita tener su vida personal expuesta a cualquiera que desee hurgar en ella. La meta entonces será aliminar la totalidad de datos de nuestra vida personal que hayamos compartido.

Esto es relativamente fácil. Si tenemos acceso a nuestros correos y/o números de teléfono podremos ingresar a los sitios donde dejamos tirada nuestra información. Una vez borremos los datos que queremos eliminar, volveremos a la búsqueda de Google. Ahora nos vamos a buscar nuevamente y, uno por uno, le informaremos al buscador las novedades de la siguiente forma:


No existo


Junto a cada resultado de búsqueda veremos tres puntos verticales. Si damos click en esos tres puntos se nos abrirá una sección al lado derecho de los resultados. En esa sección vemos un botón con una bandera que dice Comentario. Si damos click en Comentario, se nos abrirá un cajón de texto con el cual podremos comunicarnos con Google. Allí, en ese cajón, le informaremos a Google que el contenido de ese resultado de búsqueda ya no está disponible.

Esto debemos hacerlo con cada uno de los contenidos que hayamos eliminado y que aparezcan en los resultados de búsqueda. Así, Google actualizará los resultados evaporando nuestra info. De no informarlo, esa actualización podría tomar mucho tiempo y nuestros datos, si bien ya no estarán disponibles en los sitios porque los eliminamos, sí pueden seguir siendo visibles en los extractos de los resultados.

Esto es con aquella información personal que nosotros mismos, por pendejos, hayamos subido a Internet.  Pero en nuestra búsqueda veremos que también hay información que otros han subido sobre nosotros. Al respecto podemos hacer dos cosas. Primero, contactar a las personas que subieron los datos, con o sin nuestra aprobación, y pedirles que los eliminen. En caso de que acepten y eliminen nuestra información personal, debemos volver al paso anterior e informarle a Google que el contenido ya no se encuentra publicado.

Pero algunas personas no aceptarán eliminar la información. Otros no responderán nuestros mensajes. Este escenario nos lleva a la segunda opción. Por fortuna para nosotros, Google y otros buscadores nos permiten solicitarles la eliminación de nuestros datos personales de los resultados de búsqueda. Esto va a funcionar siempre y cuando la información no haya sido publicada por una autoridad judicial.


No existo


Llenamos los campos que nos piden en la solicitud y la enviamos. En un punto tendremos que ser muy específicos e informarle a Google los criterios de búsqueda con los cuales es posible encontrar esas publicaciones. Si todo sale bien, como en mi caso, Google eliminará de sus resultados algunos o todos los sitios que le hayamos indicado. La página para eliminar contenido de Google la encuentran aquí. Bing también lo permite a través de este enlace.


Información laboral y/o profesional.

Cuando ejercía mi profesión original tuve un blog muy visitado que alcanzó a tener, aproximadamente, unos 1.500 posts. Esto llevó a que fuera citado en muchas publicaciones académicas como, por ejemplo, tesis de grado. Por fortuna, estas citas son del tipo bibliográfico y no revelan mayor información sobre mí. Son algo como: C. Ramírez, 2008. Esta información no me preocupa pues, ni es fácil llegar a ella ni revela datos importantes sobre mí.

Pero en mi ejercicio profesional también escribí para algunas revistas y di no pocas entrevistas a medios especializados. Esta información sí suponía un problema de privacidad ya que eran del tipo: «Este medio consultó a Carlos Ramíez Bustamante, gerente de Colpetrol en Bogotá, quien sostiene que…» Esto ya es una información que le permite a un delincuente comenzar a construir un perfil.

Para mí fue muy fácil bajar esta información. A las revistas en las cuales escribí artículos les solicité su eliminación de las versiones online. Ninguna se negó a hacerlo. Con respecto a las versiones impresas no hay nada que pueda hacer. Con los medios de comunicación, en cambio, tuve que acudir a Derechos de Petición citando mi derecho a modificar o eliminar mi información personal:


Artículo 15, Constitución Nacional: Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su buen nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar. De igual modo, tienen derecho a conocer, actualizar, rectificar y eliminar las informaciones que se hayan recogido sobre ellas en bancos de datos y en archivos de entidades públicas y privadas. En la recolección, tratamiento y circulación de datos se respetarán la libertad y demás garantías consagradas en la Constitución.


Al final todos los medios colombianos modificaron sus notas eliminando mi nombre, profesión, correo electrónico y empresa de ellas. No eran muchos medios pero sí eran muchas citas. Lo que hice fue recoger todas las citas de cada medio y enviar una sola petición. Así, desapareció la información de cada medio en un solo tiempo. Una vez comprobé que la información había sido modificada, informé a Google la novedad con el método que expliqué arriba.

Cuando cambié de actividad económica desarrollé un proyecto que me obligaba a tener presencia en línea. Página web, redes sociales, formularios, pautas, números de teléfono, correo electrónico, etc. Sin embargo, una vez terminó de venderse el proyecto, toda esa información fue removida de Internet. Hoy en día es posible encontrar información del proyecto pero ninguna que le permita a alguien contactarme. Si no estoy vendiendo nada no hay razón para que un desconocido pueda comunicarse conmigo.

Algunos pendejos webmasters respondieron que eliminarían la información pero nunca lo hicieron. En otros casos, Google se negó a eliminarla de sus resultados por considerar que no revelaba datos personales (aunque sí lo hacía). Por fortuna fueron pocos de estos casos y pude encargarme con métodos menos gentiles pero igualmente efectivos…

No les voy a mentir. Para el nivel de exposición que yo tenía en Internet este proceso me tomó un par de años. Sacar mi información personal del acceso al público fue dispendioso pero lo logré. Hoy puedo decir que estoy al alcance únicamente de aquellas personas con quienes deseo contactar. Para todos los demás no existo. Lo que queda de mí en línea es ambiguo, inocuo, no puede hacerme daño.

Muchas personas dicen que no hacen esto porque no tienen nada que ocultar. Son torpes, no han entendido nada. Tenemos todo que ocultar. No porque hagamos cosas indebidas sino porque con nuestros datos otros pueden hacerlas. A un delincuente cualquier cosa le sirve para comenzar a halar el hilo. ¿Qué necesidad tenemos de permitirlo?

Categorías: G33ks, Minimalismo, OSINT / SOCMINT
J. Inversor

Escrito por:J. Inversor Otros posts del autor

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