Desaparecer

Desaparecer

Para crecer no es necesario desaparecer, pero desaparecer hace más fácil crecer. Es algo que he estado pensando y deseando en los últimos meses. Me asfixia la idea de saberme accesible a muchas personas con quienes no tengo ningún nexo real o atadura vigente.

Me abruma pensar que tantas personas sepan, de forma directa o indirecta, lo que hago. ¿Por qué deberían otros, más allá de nuestro círculo más estrecho, saber lo que hacemos? ¿Para obtener su admiración? ¿Para ganar su respeto? Esas tonterías están bien para los enfermitos de Internet pero no para mí.


Decluttering digital.

El decluttering es un anglicismo utilizado para definir una serie de prácticas cuyo objetivo es deshacerse de lo innecesario. Decluttering es simplificar, eliminar, limpiar, ordenar, y, si bien el término se aplica más que todo a entornos físicos como el hogar, también podemos aplicarlo a nuestro mundo digital.

¿Cuántos contactos tiene en su teléfono y con cuántos interactúa? Aquí comienza todo. El teléfono nos acompaña a todas partes, luego esos contactos innecesarios también. Hace un tiempo hice una limpieza en mi teléfono y eliminé algo así como 200 contactos. No obstante, al revisarlo nuevamente veo que mi limpieza fue incompleta y muchos indeseables aún me acompañan a todas partes.

Cuando todo esto acabe usted solo va a necesitar 4 personas a su lado: los 4 que carguen su ataúd. Deje 6 ó 7 por si 2 ó 3 fallecen antes que usted. Todo lo demás es lastre. Nadie puede tener más de 7 amigos verdaderos. Si quiere saber cuántos de sus amigos son realmente amigos présteles plata. Si no tiene dinero para prestar, o no quiere hacerlo, cuénteles un aparente logro de su vida. La reacción que tengan, el tono con el cual hablen y su lenguaje corporal le dirán que tan amigos son esos hijueputas.

Si usted nota que un amigo suyo resiente o envidia sus logros, elimine a ese hijueputa. No le dé acceso a su vida. Usted no necesita esa mierda. Limpie, limpie que con menos equipaje se avanza más. Usted no necesita esa evidente envidia disfrazada de admiración, usted no necesita que esos pozos de bilis le reconozcan nada. Déjelos que se metan su mezquindad por el culo, desaparezca de sus radares y avance.

Lastimosamente debemos utilizar algunas aplicaciones espía como Whatsapp. La mitad de la humanidad usa esa basura y la necesitamos para trabajar. Esas aplicaciones, además de pertenecer a enormes empresas traficantes de datos, tienen fallas que permiten a casi cualquier persona acceder a nosotros. Es el caso de los grupos. Si usted está en un grupo y ese grupo tiene 200 miembros usted tiene acceso a 199 números de teléfono. Y a su vez esos 199 tienen acceso al suyo. ¿Qué tan estúpido es esto? No podemos desaparecer y permanecer en grupos y si necesitamos estar en ellos debemos hacerlo con otra identidad o al menos con una línea diferente a la principal.

Pero no solo debemos eliminar personas indeseables. También aplicaciones. Detrás de las aplicaciones hay personas que comen, pagan facturas, van al cine, se enferman y tienen que poner combustible en sus autos. Si usted no está pagando por usar esas apps es porque lo están robando, punto. No hay más opciones: si no está pagando lo están robando. Usted cree que no porque no le sacan el dinero del bolsillo pero le quitan los datos y secuestran su tiempo y su atención. Pues bien, resulta que la vida es precisamente el tiempo que transcurre entre el nacimiento y la muerte, ergo lo que le están robando es nada menos que su vida. ¿Cuánto vale su tiempo que es en realidad su vida?


Sin señales.

Ahora que hemos eliminado contactos, aplicaciones, suscripciones, grupos y un largo etcétera de basura que nos robaba la privacidad, tendremos que encargarnos de no dar señales. La primera acepción de desaparecer como verbo intransitivo es: dejar de estar a la vista. La segunda es: dejar de existir. Nos quedaremos con la primera: dejar de estar a la vista. Si usted gusta también puede adherir a la segunda pero no haga mucho reguero.

La mayoría de personas viven únicamente para que los amos Zuckerberg, Page y Musk, entre otros, ganen toneladas de plata. Publican en sus plataformas, de forma compulsiva, creyendo que de esta forma se expresan y se comunican con el [su] mundo. La verdad es que no hay tal. Con cada publicación le revelan a millones de personas, a través de los algoritmos, su ubicación, su estado de ánimo, su estado de salud, sus miedos, sus deseos materiales, su ideología, sus creencias, todo. Son animales de granja, materia prima. La paga que reciben es entretenimiento barato (porque son personas baratas). Le va mejor a los cerdos y a los pollos.

Si vamos a desaparecer debemos olvidarnos de las redes sociales, o al menos de publicar en ellas. Si necesitamos tener esa mierda, por ejemplo por cuestiones laborales, debemos evitar publicar cualquier información personal por opaca que creamos que sea. Déjeme decirle algo: a nadie le importa una puta mierda su desayuno. Madure ya. Si su empresa vende corchos pues publique corchos. ¿Qué tiene que ver la foto de su nuevo carro, de su último viaje o del roll de sushi que está a punto de comer con su actividad comercial? Le voy a proponer a la RAE que la tercera acepción de desaparecer sea madurar.

Flaco favor nos hacemos si dejamos de publicar basura pero seguimos consumiendo contenido excremento. No solo nos revelamos a los algoritmos a través de lo que publicamos. También lo hacemos a través de lo que consumimos. Si vamos a limitar nuestra presencia pública en Internet a nuestra actividad comercial debemos dejar de consumir contenido personal de otros. Esto es más fácil cuando entendemos que cada selfie es un intento desesperado por obtener validación. Cuando vemos una selfie lo que estamos viendo es a una persona que busca en los likes un motivo para no matarse. ¿Por qué consumiríamos un contenido tan lamentable?

Tampoco basta con dejar de revelarnos si ya dejamos tras nosotros un enorme rastro. De ser así, debemos hacer todo lo posible por eliminar lo que dejamos en línea cuando éramos unos idiotas desesperados. Aquí le dejo unos tips que le pueden ayudar a borrar su huella digital. No es muy difícil pero tampoco es rápido. Va a tomar tiempo pero vale la pena.


Después de desaparecer.

DesaparecerDesaparecer no es la meta. Es apenas el punto de partida. Queremos desaparecer para crecer en silencio. No es como dicen los estoicos, la nueva moda snob, que vamos a desaparecer por un tiempo para volver «renovados». De ser así, ¿no estaríamos también buscando validación, admiración y toda esa mierda?

Esto es desaparecer para encargarnos de nosotros mismos, no para volver a despertar la envidia de los gusanos prescindibles que antes nos rodeaban. ¿Qué sentido tiene volver al basurero a recoger las porquerías que ya tiramos? Dejemos la basura en el lugar al que pertenece y avancemos.

Después de desaparecer es cuando ponemos a prueba quiénes somos. ¿Cuántas personas intentan superarse solo para ser vistas y admiradas? Si ese es nuestro caso solo somos uno más de la masa mediocre. Después de desaparecer pondremos a prueba nuestros límites sin una audiencia que juzgue o aplauda. Fracasaremos y ganaremos sin testigos. ¿Qué puede ser mejor?

La meta de este viaje solitario —que durará toda la vida— es cambiar tanto que nos volvamos irreconocibles. Que podamos mirar atrás y no podamos creer lo insignificantes que fuimos. ¿Se anima a desaparecer?

Categorías: Libertario, Minimalismo, Personal
J. Inversor

Escrito por:J. Inversor Otros posts del autor

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