Sus datos ahora son míos. Usted los regaló. Yo no tuve que hacer nada. Estaban ahí. Solo tuve que tomarlos como quien toma un sobre abandonado en la calle. Y hacerlo me tomó un par de minutos. Con decirle que me tomó más tiempo escribir esta entrada. ¿Cree que no es cierto? Venga, siga leyendo y verá que sí lo es.
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Comenzó un 12 de marzo
Así es. Todo esto comenzó un 12 de marzo del año 2007, hace la pendejadita de 16 años, cuando un travieso pichón de cracker irrumpía como una tromba marina en la blogósfera colombiana arrasando con todo a su paso. Yo lo conocí, él me lo contó todo y esto es lo que recuerdo de esos aciagos sucesos:
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Las tetas que delataron al hacker
Corría el año 2012 cuando un hacker llamado Higinio Ochoa y apodado W0rmer perteneciente al grupo CabinCr3w —vinculados a Anonymous— tenía de cabeza al FBI. Este Hacker había vulnerado las páginas web del condado de Houston (Alabama) y del cuerpo de policía del oeste de Virginia haciéndose con los datos personales y credenciales de acceso de más de 150 agentes.
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Los 3 sombreros del hacker
En principio hay que decir hay muchos malentendidos frente al concepto de hacker. Una vez más, Hollywood y los medios masivos de embrutecimiento han distorsionado el significado y lo han envilecido al punto de convertirlo en sinónimo de delincuente. El sensacionalismo es lo que vende, pero la verdad es que un hacker es solo una persona con avanzados conocimientos en informática y nuevas tecnologías que utiliza estos conocimientos para detectar fallos de seguridad y/o funcionamiento.
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No caiga en el Typosquatting
No caiga en el typosquatting —también conocido como allanamiento de error tipográfico o URL hijacking— esta es una forma de delito informático basado en ingenieria social que consiste en registrar un dominio muy parecido al nombre de un dominio web reconocido pero reemplazando o agregando un caracter que a simple vista pase inadvertido para los usuarios desprevenidos.